A partir de
este hilo he vuelto a tejemanejear con la Raspberry Pi 4 ( a partir de ahora La Pi) y he descubierto que no siempre los esfuerzos que uno dedica sirven para mucho...
Quiero decir que he sufrido una serie de errores relativos a la wifi y a los usb que me han llevado a numerosos (muy numerosos) reintentos, reinstalaciones pruebas de distintas versiones de Linux, etc. etc. y al final he descubierto que todo ello era debido a las interferencias electrónicas de los dispositivos.
El caso es que mola eso de instalar el SO en un dispositivo USB3 externo. Las microusb molan, pero son muy frágiles y vives en un "temor" permanente de ir a arrancar u Pi y que no Pite (nótese el chiste malo). Así me compré uno SSD de 240 GB marca Emtec y en principio todo fue bien. Al cabo de un tiempo, en una reorganización de las docenas de cables que tengo serpenteando en la mesa coloqué el disco y la Pi una sobre otro unidos por una goma y con el cable que los une enrollado también en el paquetito. Como no uso mucho la Pi tardé en darme cuenta de los errores de disco que se generaban y de que la Pi no conseguía loguearse en la wifi.
Compré otro disco, un Samsung Evo SSD de 240 GB y una cajita adaptadora... y nada. Probé Raspbian, Debian, Budgie, lUbuntu, xface, etc. en varias versiones... y nada. Enconté en la web un montón de recetas y de cosas que según ellos puedes hacer, y que hice... y nada. Finalmente me rendí y durante un tiempo usé Budgie sobre una microusb de 32 GB. Hasta que la microusb empezó a dar mensajes de error en el arranque.
Finalmente, para probar cambios y cosas le quité la goma y separé la Pi del Disco unos centímetros. Todo funciona perfecto. O sea: putas interferencias.
Señor, señor...
Saludos